Wednesday, August 6, 2008

Caridad





Metí la mano en el bolsillo; además del grillo que adopté anoche encontré la moneda de diez céntimos que me dio el abuelo, estaba algo embadurnada por el dulce de manzanas del apfelstrudel que me sobró del desayuno servido por la abuela pero en perfectas condiciones de uso.

Volví a mirar la enorme canica de vidrio que me observaba como un gran ojo solitario y triste. Sentí una inmensa pena por su soledad, aplasté la nariz contra el vidrio del escaparate y le pregunté:

¿Quieres venir conmigo? –Ella aceptó ansiosamente moviendo seductora las nubecillas amarilla y de variopintos azules en su interior.

Pensé: –Pobre grillito, acompañado de una moneda insípida y sin vida, ¿no preferiría tener de amiga a la gran canica?

–¡Seguro que sí!, –me respondí y sentí una inmensa satisfacción de poder realizar tamaña buena acción. ¡No hay nada más bello que ser una buena persona!


Fragmento de "Moria" una canción tradicional celta en los instrumentos de "The Brobdingnagian Bards"



© 2008 Montxo.

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